22 may 2012

LA CALDERA

Sin darme cuenta estaba ahí, diseñando un camino extraño que deseaba recorrer. Imaginé colores, texturas, sazones, aromas y cada uno de los detalles que compartiría, era mi primera vez.

No fue complicado, las primeras veces suelen ser difíciles, pero cuando se quiere se puede. El calor emanaba dentro de mi, mi corazón se convirtió en la incesante caldera de una gran locomotora que se alimentaba constantemente con el más potente combustible, a grandes pasos me iba acercando a esa gran idea a la que siempre le temí e iba felíz...

Ladrillo a ladrillo comencé a edificar lo que por tanto tiempo tuve miedo de materializar y casi sin darme cuenta me envolvía esta extraña y agradable sensación. Fue mágico... lo creaba como quería vivirlo, lo añoraba y deseaba fuertemente, no entendí porque antes temía siquiera imaginarlo, correr hacía esa meta me llenaba.

De repente y sin previo aviso el material se terminó, al igual que los rieles. El accidente fue inminente e impredecible... además de estruendoso. Demasiados heridos, demasiadas fracturas, tantas que parecería imposible volver a emprender un viaje.

Igual la meta sigue ahí y sigo deseando llegar... El camino se truncó pero me ayudó a crear un mapa, ahora puedo ver nuevos caminos en él. Las heridas sanan y más importante aún, mi corazón sigue siendo La caldera de una gran locomotora.