Meditabunda entró a su habitación, había sido un día bastante extraño, se sentía felíz y nostálgica, además llevaba en la mano aquel gran libro de recuerdos.
Se sentó en la cama y con el cuidado de quien manipula una gota de mercurio pasaba página por página, cada una de estas traía un momento, una imagen mental, una frase o una sensación.
Ya sabía lo que estaba buscando, pero le costaba trabajo concentrarse, había pasado mucho tiempo y sin quererlo se dejaba llevar por otras sensaciones. Había hojas llenas de polvo, soplaba y leía cosas que ya no recordaba porque no las había vuelto a pensar. Era extraño ver aquellos momentos en tercera persona justo antes de recordarlos fielmente, cuando los sentidos se le activaban.
Al fin llegó a aquella hoja, estaba enterrado pero no olvidado, ese fue su bebe hasta que las circunstancias lo desaparecieron... recordó paso a paso todo: cuando lo concibió, cuando lo trajo al mundo y las lágrimas de felicidad que rodaron por sus mejillas cuando dio sus primeros pasos, pero también recordó el dolor cuando lo perdió, una parte de tu esencia que se te escapa sin quererlo.
Ahora lo quiere de vuelta y por eso se obliga a recordarlo, es que nunca es fácil dejar ir un proyecto en el que invertiste tu mente, corazón y fuerza.
2 comentarios:
No solo es difícil dejar ir ese proyecto que inicialmente quisiste que creciera, aun es mas difícil cuando sabiendo que podías finiquitar cada detalle hasta el final solamente lo dejaste de lado sin razón aparente.
Hola de nuevo.
El proyecto se finalizó, pero por circunstancias salió del aire. No se pudo retomar por $$ :(
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