Ese día amaneció en un país diferente al suyo, después de 18 horas de viaje en bus estaba bastante cansada como para pararse de la cama, pero su mente le decía que tenía que ir.
Se arregló, sacó sus papeles, tomó su pasaporte y tomó aquel busesito, igual a un transur intermunicipal, pero con una ruta que la llevaría de nuevo a otro país. Estar en una triple frontera es raro y divertido. Aún más cuando amaneces escuchando un idioma diferente al tuyo, sales y sólo 20 minutos después estás en otra zona horaria y recuperas tu idioma original... sólo por eso acabas de recordar que no importaron los 5 minutos más que te permitiste en la cama, ya que con el cambio de horario ya hay 55 minutos más de paseo!
Llegó a la pequeña terminal a tomar el bus que la llevaría a uno de sus destinos más soñados en ese año, cuando estaba en la entrada no podía prever la maravilla que iba a presenciar.
Empezó a caminar por un sendero que atravesaba una espesa vegetación, 15 minutos después las escuchó por primera vez, su corazón se aceleró y aceleró el paso. Estaba tan cerca pero las sentía tan lejos, aún no podía verlas!
Caminaba muy rápido, prácticamente corría cuando en una de las curvas del sendero se abrió el panorama ante si y las vió...se detuvo en seco, se quedó sin aliento y sólo podía pensar WOW...
Después de soñarlas por tanto tiempo, finalmente ahí estaba, bienvenida a las cataratas de Iguazú!
Los años vuelan cada vez más rápido, ya estoy entrando a la recta final de mi tercera década de vida. Años que cada vez pasan como un gran suspiro.
Celebraciones por todo lo alto, con la mejor compañía, los de aquí, los de allá y los de acuyá, mensajes, detalles, abrazos y mucho más trajeron estos 29 otoños llenos de experiencias.
El tiempo es la mejor herramienta para cambiar, siento que no hace mucho estaba celebrando mis 25, con grandes compañías y una gran reunión, pero también con una relación que estaba agonizando sin saberlo, sin empleo, sin logros atrás, sin un propósito o un destino, con unos cuantos fracasos encima y más miedos y tristeza que de costumbre, trajo una crisis fuerte, de ensimismamiento, falta de orgullo por mi misma y "mala suerte" si, esas palabras con las que uno culpa al destino por sus malas decisiones.
Pero bueno, el tiempo ayuda, las crisis también, te apersonas de tu vida y sales adelante, sueltas las ataduras, descubres quien eres realmente, lo que sabes hacer y te montas en aquel tren del presente.
Y porqué pegarse de lo malo, ya tengo hasta mi primera cana pero ¿y?, me volvieron a romper el corazón, me echaron de un trabajo, me robaron, me he caído mil veces, pero ¿y?. Me levanté, me concentré y me dediqué a vivir, entonces también viajé, me encontré, estrené, recuperé, trabajé y gocé!
Ahí vamos como todos, andando. Porque la meta no es llegar al destino, sino aprender a disfrutar el viaje!
Hay noticias que impactan, mucho más de lo que te imaginas. En el fondo te duele, duele mucho y te obliga a pensar en cómo cambian las cosas.
Es más complicado cuando es alguien que fue tan cercano alguna vez, saber que está viviendo esa experiencia y tu estar tan lejos que no sabes como manejarlo, olvidaste tratar con esa persona y ya no sabes ni en qué términos están.
Es aquella mezcla de no poderlo creer, con no saberlo manejar, con las ganas de estar ahí, pero la decencia de no acercarse. Porque a veces es mejor así.
De todas formas tengo un espacio en el corazón para enviar ese amor que tanto necesita, aunque él no lo sepa, decirle que en el fondo no está sólo y que lo acompaño en su pena. Que no puedo siquiera pensar en ponerme en sus zapatos, porque no sabría tampoco que pensar o que hacer o que sentir, ni quiero llegar a imaginarlo, aunque esa sea la ley de la vida.
De corazón le envío fuerza, que sé que su hermano sabe todo lo que él siente y que por la eternidad lo estará cuidando, a él y a su mamá. Que los roces que la vida les trajo fueron aprendizajes y esto también lo es.
Un fuerte abrazo, mucho amor divino y una oración son mi apoyo para él... Aunque no se lo diga.
