21 ene 2016

NOSTALGIA

Ese era un amor como pocos, nació inesperadamente en aquella fiesta familiar ante la mirada inquisidora de sus allegados. 

Ella era la mayor de 5 hermanas, con un padre bastante estricto, quién cuidaba con esmero a sus princesas como si fueran unas frágiles orquídeas.

Él, un joven trabajador lleno de sueños y metas por alcanzar, solitario y con su familia lejos tenía en ese momento muy poco que ofrecer, pero era respetuoso, elocuente y amable, y poco a poco le mostró todo lo que podrían tener juntos.

Ella trabajaba duro, porque eso le enseñaron y él luchó por conseguir la manera de darle la vida que ella se merecía, y luego de ganarse aquel suegro, con muchas peripecias, pidió la mano de su hija.

Un día, él recibió la noticia de su despido y con el corazón en la mano, buscó a su prometida para cancelar los planes, él era muy serio y tenía claro que no se la llevaría a sufrir, así que la dejó libre para que consiguiera un buen esposo. Ella con dulzura lo aceptó, rezó a Dios y pacientemente lo esperó.

Él tocó fondo cogió impulso y volvió a subir, consiguió un empleo que se lo permitiría y regresó por ella, ella lo recibió segura de que volvería y al poco tiempo se casaron.

Este amor les dio 2 hijos e innumerables satisfacciones, fueron una familia próspera, llena de amor y berraquera, hasta aquél día de Junio, aún sin ser anciano, se fue de este plano terrenal.

Ella era berraca y lo superó, lo vivió y estuvo con su familia por 15 años más, hasta que un día también tuvo que partir.

Hoy, 20 años después, ella junto a su familia realizó su último viaje, sólo para encontrarse con él en el lugar donde reposarán juntos por toda la eternidad, en el mismo osario de la iglesia que vio su amor crecer. 

No hay comentarios.: