31 may 2017

EN GESTACIÓN

Ya casi. Me encuentro en el último trimestre de gestación y esto es cada vez más real. Por momentos la ansiedad se apodera de mi y me quita la concentración, debo empezar a pensar en muchas cosas nuevas porque los meses han pasado volando y más temprano que tarde lo tendré junto a mi.

Intento parecer tranquila, pero la vida me dará un vuelco. Nuevas responsabilidades, horarios, muebles, mensualidades, preocupaciones y muchas más cosas vienen en camino y aún no logro tener todo bajo control, pero la alegría y felicidad que me dará por ahora no se pueden siquiera describir.

Sé que cuento con el apoyo de mi familia y amigos y todo esto hace más fácil la transición, me acompañarán porque están felices por mi y mi decisión, pero finalmente es una nueva etapa que he decidido asumir sola, por mi bien y el suyo. 

Quiero que en su corazón haya felicidad, tranquilidad y armonía, que contemple un estado de calma permanente y que sepa que le voy a dar mucho amor, cuidado, salud y limpieza. Poco a poco le iré consiguiendo todas las cosas bonitas que se merece y nos merecemos juntos, paso a paso.

Será iluminado, acogedor y viene a enseñarme muchas lecciones, porque para eso vienen estas pequeñas decisiones, para transformar vidas a su paso y arrasar todo a su alrededor.

No es un hijo de carne y hueso, aunque siento que llevo 14 meses gestándolo muy dentro de mi. Este es un hijo de metros cuadrados, ventanas, balcón y cemento. 

Es mío, es propio. Es un sueño que se hace realidad.