Ella era una mujer hermosa, llena de vida, de riqueza y de sueños. Su piel era hermosa, desde su plano vientre hasta las grandes curvas que la rodeaban, una mujer envidiada por todo lo que ella misma tenía y era.
Una vez empezó a enfermar y empezó a perder la fe en si misma, justo así, debilitada, conoció a quién pensaría que sería su héroe. Era diferente, fuerte, siempre sabía qué decir y la endulzó con las más hermosas palabras. Ella nunca había conocido a alguien así y se enamoró perdidamente.
Él le puso nombre a su enfermedad y le dijo que le ayudaría que sólo debía confiar.
Ella, de su mano y enamorada ciegamente se entregó a un tratamiento devastador en donde él la lastimaba enormemente, pasando incluso por encima de ella. Cuando lo confrontaba iniciaba a humillarla y a generarle miedo, le dijo que si lo dejaba su enfermedad la mataría.
La manipuló a tal punto que empezó a creerse débil y dependiente, destruyó su autoestima, ya no era tan hermosa, ni rica... Sus sueños empezaron a morir y se creyó enferma para siempre, sin ojos para darse cuenta que su enfermedad se estaba curando, pero que la estaba matando el tratamiento.
Él se acostumbró a lastimarla y ella a perdonarlo y a confiar en él, mientras lloraba amargamente largas noches teniendo miedo de querer algo diferente, algo mejor.
Ella intentó terminar su relación en tres oportunidades, pero ha vuelto a caer a sus pies, con un nudo en el pecho porque sabe y entiende que está mal pero su miedo es más grande. No le alcanza para soltar y dejar ir.
Hoy, por más vergüenza que sienta, eligió quedarse con él. Ella se llama Colombia.
2 comentarios:
Espero lo mejor para Colombia con su nuevo presidente, que todo sea para bien.
Espero que así sea!
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