22 dic 2019

CIERRE DE DECENIO

Si me sentara a tomar un café con la mujer que fui hace 10 años probablemente no tendríamos una conversación profunda o quizá esa persona tendría miedo de salir a conocerme, seguramente no lo haría por temor a lo que pensara su pareja de ese momento o su familia. Tendría mucho miedo a afrontar, avanzar y a apersonarse de sí misma, por lo que nunca llegaría a la cita.

Esa mujer estaba perdida a merced de las decisiones de los demás, al qué dirán, a asumir responsabilidades no correspondidas. Pensaba que su carrera y su "título" habían sido una pérdida de tiempo y llegó a pensar que no sabía para qué servía. "¿Cómo así que a esta edad no sé que quiero en la vida?", "¿Quién soy?" Pubertad tardía, rebeldía inexistente y una tristeza aprisionada por dentro.

Si, así de perdida inicié la aventura de esta década. Así veo la persona que fui.

Han sido 10 años de aventura, reconstruyendo poco a poco cada ámbito que compone lo que soy ahora, llena de bendiciones, alegrías, aprendizaje, crecimiento, tristezas, pérdidas, infinidad de detalles materiales y emocionales. 

Estos años me han dejado muchos sellos en el pasaporte, nuevas ciudades, culturas, amistades que perduran a lo lejos.

Me dejó amigos de corazón que acompañaron mi caminar, algunos que ya no están, otros que siguen ahí firmes al pie del cañón. Se han convertido en pilares y bastones para esta larga trocha.

Trajo para mí el lugar profesional que siempre deseé pero que nunca creí merecer, hoy mi trabajo me hace feliz, mi equipo, la lucha de cada día y las metas que se van forjando en el camino. El reconocimiento.

Me proporcionó la independencia, un lugar para mí, a mi gusto y manera. Un reto que me puse y que el universo confabuló para que se hiciera real y tangible.

Me regaló amores que me permitieron abrir el corazón, que hacían brillar mis ojos y mi sonrisa, llenaron y enriquecieron mis recuerdos. Son parte de una historia que viví y disfruté.

El universo me sorprendió con sus lecciones y bendiciones y sólo tengo agradecimientos por estos 5'258.880 minutos que pronto van a terminar.

Este cierre de década me regala perspectiva. Recordar quién fui y conocer quién soy ahora. Aceptar mi historia y perdonar mis malas decisiones. Abrazar el futuro con amor, paciencia y la certeza que será perfecto

9 jun 2019

IMPERFECCIÓN...

Perfección? No, yo no aspiro a eso, que aburrida sería la vida si nos limitaramos a serlo. Por mucho tiempo lo busqué y me lo creí, pero la única forma de creernos perfectos es desconocernos a nosotros mismos, creer que somos sólo la luz cuando también estamos compuestos de sombras.

No, no soy perfecta y la verdad es un descanso aceptarlo, eso elimina la presión constante de no fallar, de no equivocarnos, de siempre estar en pie para todo y para todos, de ser el eterno apoyo que nunca desfallece.

Soy normal, de las que se frustra y llora a mares, que se ríe con ganas y celebra, de las que a veces quiere salir a comerse el mundo y otras veces sólo desea que el mundo se la coma y se la lleve por delante. 

Que genuinamente se emociona de los logros ajenos así como si fueran propios, que a veces no se quiere tanto pero otras se ama un montón, que se destruye y recoge todo el tiempo y a todas horas.

Soy imperfecta, de las que lucha por lo que quiere aunque no le convenga y que huye de lo que le conviene, que cada día da un paso para conocerse en medio de su propio miedo a verse. 

Y así como soy de imperfecta, así amo, amo a mi manera única como los caballos con sus antiojeras, sincera, de cabeza, de frente y a lo que vinimos, que el corazón es para gastarlo, para usarlo, para agrandarlo. Hace poco escuché por ahí que "un corazón roto, tiene una grieta para que los sentimientos entren" y lo prefiero así, roto, maltrecho y usado o utilizado, que frio, cerrado, seco y escondido al fondo a la derecha.

Soy feliz de haberlo usado y de haber aprendido a sentir más allá de mí, que mi posición nunca será la de una pareja decorativa y complaciente. No, yo voy a confrontar, pelear, discutir, preguntar, entender, comprender, conocer y construir. Me reiré de las penas y me enojaré por pendejadas, tal vez te lleve al cielo y al infierno en un balance muy extraño, sin filtros, con sinceridad hiriente y con sabiduría quejumbrosa.

Ya ves, no soy perfecta, pero si decido amarte lo haré con mi corazón roto, ese que ahora se expande.

24 may 2019

DEMONIOS?

Cómo le explico a la luna por las noches mis cambios de humor?

Cómo le doy la cara cuando me mira con esa intensidad y yo no puedo explicárselo. Ella sale en la noche a bailar con mis demonios y estos se están escondiendo cada vez más.

Cada demonio representa alguno de los vicios con los convivo sin que me de cuenta, ellos bailan con la luna, salen en la noche, visitan mis sueños, me rondan y la inconsciencia no me permite verlos.

Pero en algunas noches me canso y los agarro por el rabillo del ojo, tan claros que golpean, enfrían y asustan. 

Me siento con ellos, los grito, los lloro, los analizo, me abrazo con ellos, les agradezco y les permito seguir su camino, cada uno se convierte en una memoria pasada que finalmente logro entender. Son parte de mí mientras se esconden, pero una vez los entiendo empiezan a desaparecer.

Le he quitado a la luna sus bailes furtivos nocturnos y en el proceso me niego a mirarla a los ojos, con la mirada al suelo y una tristeza profunda lo empiezo a entender, me culpo, me perdono, me he dejado llevar, me he aprendido a llevar.

Te envidio luna por verlos y abrazarlos, porque de mi se esconden, a mi me muestran su faceta oscura. Enséñame a verlos, muéstrame el camino y déjalos ir. 

Ya bailarán contigo en libertad.

12 may 2019

AMOR DE MAMÁ

Es un día muy emocional, un día especial pero no el tuyo, el de ella.

Aquella que enseñó ejemplo, fuerza, carácter, dureza, amor y berraquera.

Ella que sin gustarle cocinar, te hizo las más deliciosas comidas. Sin gustarle madrugar, se despertó a lidiar contigo. Sin tiempo, te dedicó su descanso para cuidarte una fiebre y muchas cosas más.

A ella que fue heroína para ti, aunque la culpas injustamente cuando comete errores. 

Que se equivoca, pero que nunca es a propósito, ella, la mezcla que te transmite en los genes, el espejo de la vida, la que marcó tu forma de ser, de actuar y de vivir.

Agradece a Dios que aún la tienes, que la puedes disfrutar y que aún puedes sanar tantas cosas que te vino a enseñar. No, no es perfecta y pero tú tampoco lo eres, finalmente eres igual a ella y ha hecho un papel perfecto en tu vida y tu enseñanza.

Hoy celebra su día en profunda introspección, las lágrimas saladas que ruedan te recuerda que muchas veces no has sido la mejor hija, has sido cruel, exigente y demandante con la única persona en el mundo que pudo traerte a la vida y que dio lo mejor de sí misma en ese arduo proceso.

Ora por todas esas mamás que amaron a sus hijos y en cada paso que dieron impregnaron su huella en ellos, de la mejor manera, la perfecta.

Ora por todos esos hijos, que como tú, han culpado a su núcleo familiar por ser quienes son, en lugar de hacerse responsables y sanar su ascendencia (y descendencia).

A través de mi fluyen estas palabras, para que quien las lea entienda que no existe la mamá perfecta, pero que la que tienes siempre será perfecta para ti.