24 may 2019

DEMONIOS?

Cómo le explico a la luna por las noches mis cambios de humor?

Cómo le doy la cara cuando me mira con esa intensidad y yo no puedo explicárselo. Ella sale en la noche a bailar con mis demonios y estos se están escondiendo cada vez más.

Cada demonio representa alguno de los vicios con los convivo sin que me de cuenta, ellos bailan con la luna, salen en la noche, visitan mis sueños, me rondan y la inconsciencia no me permite verlos.

Pero en algunas noches me canso y los agarro por el rabillo del ojo, tan claros que golpean, enfrían y asustan. 

Me siento con ellos, los grito, los lloro, los analizo, me abrazo con ellos, les agradezco y les permito seguir su camino, cada uno se convierte en una memoria pasada que finalmente logro entender. Son parte de mí mientras se esconden, pero una vez los entiendo empiezan a desaparecer.

Le he quitado a la luna sus bailes furtivos nocturnos y en el proceso me niego a mirarla a los ojos, con la mirada al suelo y una tristeza profunda lo empiezo a entender, me culpo, me perdono, me he dejado llevar, me he aprendido a llevar.

Te envidio luna por verlos y abrazarlos, porque de mi se esconden, a mi me muestran su faceta oscura. Enséñame a verlos, muéstrame el camino y déjalos ir. 

Ya bailarán contigo en libertad.

12 may 2019

AMOR DE MAMÁ

Es un día muy emocional, un día especial pero no el tuyo, el de ella.

Aquella que enseñó ejemplo, fuerza, carácter, dureza, amor y berraquera.

Ella que sin gustarle cocinar, te hizo las más deliciosas comidas. Sin gustarle madrugar, se despertó a lidiar contigo. Sin tiempo, te dedicó su descanso para cuidarte una fiebre y muchas cosas más.

A ella que fue heroína para ti, aunque la culpas injustamente cuando comete errores. 

Que se equivoca, pero que nunca es a propósito, ella, la mezcla que te transmite en los genes, el espejo de la vida, la que marcó tu forma de ser, de actuar y de vivir.

Agradece a Dios que aún la tienes, que la puedes disfrutar y que aún puedes sanar tantas cosas que te vino a enseñar. No, no es perfecta y pero tú tampoco lo eres, finalmente eres igual a ella y ha hecho un papel perfecto en tu vida y tu enseñanza.

Hoy celebra su día en profunda introspección, las lágrimas saladas que ruedan te recuerda que muchas veces no has sido la mejor hija, has sido cruel, exigente y demandante con la única persona en el mundo que pudo traerte a la vida y que dio lo mejor de sí misma en ese arduo proceso.

Ora por todas esas mamás que amaron a sus hijos y en cada paso que dieron impregnaron su huella en ellos, de la mejor manera, la perfecta.

Ora por todos esos hijos, que como tú, han culpado a su núcleo familiar por ser quienes son, en lugar de hacerse responsables y sanar su ascendencia (y descendencia).

A través de mi fluyen estas palabras, para que quien las lea entienda que no existe la mamá perfecta, pero que la que tienes siempre será perfecta para ti.