No han sido buenos estos días, no se si soy yo que percibo todo a mi alrededor de forma molesta o es que han pasado cosas que me tienen molesta, el dolor de cabeza mantenido durante la última semana no me deja pensar muy bien en la respuesta, me tiene irritable y cansada.
Pero es en estos días cuando las cosas más inesperadas te arrancan una sonrisa y realmente te sorprenden, es en esos momentos cuando aparecen personas con un gran corazón, regalos de Dios que te envía para marcar la diferencia.
Son aquellas personas que no sé muy bien como definir, no son simples conocidos porque sabes bastante acerca de ellos y te conocen o más bien te estiman, tampoco hacen parte de tu círculo social porque no son tan cercanos y realmente no los ves (pensándolo bien nunca lo han sido).
Personajes llenos de enegía que aparecen en el momento justo, dicen las palabras correctas y que con un saludo de 2 minutos es suficiente como para transformarte anímicamente.
Espero y deseo que muchísimas veces yo sea también un saludo milagroso de 2 minutos para alguien más, cercano o no, y lograr que en su día haya una sonrisa más en medio de su cotidianidad, de sus problemas, sus preocupaciones o su día normal.
