Le pedía allí un hombre de ojitos lindos, amoroso, respetuoso, leal, cariñoso, divertido, inteligente pero también rebelde y pícaro, que no solo me supiera cuidar, amar si no también retar y cuestionar.
Llegaste a mi vida y le diste el vuelco que no sabía que necesitaba o quería, construimos la familia que siempre soñé sin saberlo y me siento la más afortunada por despertar contigo cada mañana a vivir cada aventura que nos exponga la vida.
Doy gracias por tu vida, tu compañía, tus ocurrencias, tu amor y espero poder acompañar tus pasos, decisiones, logros y sorpresas con el corazón llenito de felicidad, comprensión, amor y, porqué no, picardía.
Te digo por siempre SI, te amo y estoy orgullosa de la relación que hemos construido. Dejemos que el mundo reciba de nosotros luz, amor, dulce y muchos empalagos hasta el fin de nuestros días.
Siempre tuya.