Hay noticias que impactan, mucho más de lo que te imaginas. En el fondo te duele, duele mucho y te obliga a pensar en cómo cambian las cosas.
Es más complicado cuando es alguien que fue tan cercano alguna vez, saber que está viviendo esa experiencia y tu estar tan lejos que no sabes como manejarlo, olvidaste tratar con esa persona y ya no sabes ni en qué términos están.
Es aquella mezcla de no poderlo creer, con no saberlo manejar, con las ganas de estar ahí, pero la decencia de no acercarse. Porque a veces es mejor así.
De todas formas tengo un espacio en el corazón para enviar ese amor que tanto necesita, aunque él no lo sepa, decirle que en el fondo no está sólo y que lo acompaño en su pena. Que no puedo siquiera pensar en ponerme en sus zapatos, porque no sabría tampoco que pensar o que hacer o que sentir, ni quiero llegar a imaginarlo, aunque esa sea la ley de la vida.
De corazón le envío fuerza, que sé que su hermano sabe todo lo que él siente y que por la eternidad lo estará cuidando, a él y a su mamá. Que los roces que la vida les trajo fueron aprendizajes y esto también lo es.
Un fuerte abrazo, mucho amor divino y una oración son mi apoyo para él... Aunque no se lo diga.
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