Durante toda la vida hemos cargado con expectativas irreales sobre las
relaciones amorosas. Las películas nos han enseñado que conoces a la
pareja perfecta en la primera escena y que finalmente te quedarás con
ella sin importar lo que suceda… Las novelas nos han enseñado que el
amor duele, que se debe sufrir por, no sé, cientos de capítulos hasta
que al fin el destino (el libretista) permite a los protagonistas estar
juntos y casarse.
Las abuelas nos enseñaron a su modo que debemos tener a alguien al
lado porque estar sólo no está bien, porque el “tren se va”, “se queda
solterona”, “aguante mija” y quien sabe que más cuentos de terror con
los que ellas tuvieron que crecer.
Pero nada de esto es cierto, muchas crecimos con el chip dañado y nos
aventuramos a un viaje con la información maltrecha e incompleta.
Muchas vivimos en carne propia, o quisimos vivir, relaciones
destructivas, posesivas y tóxicas en nombre del amor, o aguantamos
relaciones insípidas, aburridas y tristes por miedo a estar solas.
Nos enseñaron que la soltería es sinónimo de soledad y que el amor
debe sufrirse para sentirse, pero no es así! El amor de verdad se
comparte y se construye, y la soltería es el mejor camino para conocerte
y saber lo que quieres.
Pero no me refiero ni a las solteras acérrimas que luego de una
decepción amorosa o una ruptura generan aversión hacia el sexo
opuesto, eliminan el amor de por medio y el odio y resentimiento suelen
convertirse en su estilo de vida.
Tampoco me refiero a las que sienten que les “toca” ser solteras porque
no hay nadie disponible, odian la soledad y quieren a toda costa
intentarlo con alguien nuevo, se dan “oportunidades” que en sano juicio
jamás tomarían y en el fondo sólo quieren encontrar a la persona
perfecta malograda en los cuentos de hadas, pero esta nunca llega, así
que sólo queda el vacío que deja cada mala experiencia y
eventualmente se suman a la larga lista que tiene nuestro tipo de
soltera anterior.
Me refiero a las solteras que deciden serlo, aquellas que sin importar la
razón asumen su soltería como un estilo de vida y una travesía.
Aprenden a lidiar con la soledad y la disfrutan, se dedican a conocerse y
a vivir, a ser felices sin responsabilizar a nadie. Toman las riendas de su
vida y conocen lo que quieren. Yo lo viví…
Fui de aquellas quienes creían firmemente que en el amor debía sufrirse,
en mi caso osaba decir que me enamoré a primera vista y que el
sentimiento era un torbellino de emociones y éxtasis al que debía
aferrarme sin importar la situación, el maltrato sicológico y los engaños.
Si, ellos dicen que nos quieren y nosotros realmente lo creemos.
En el fondo sabes que no se siente nada bien y te la pasas en una
montaña rusa emocional que destruye tu autoestima, te opaca y te
aísla. Entiendes que estás tomando una mala decisión y decides cortarlo
de raíz.
Duele… duele mucho, y te aferras al odio y al resentimiento que tienes
por el sexo opuesto y sólo piensas en el plan de la noche, en la salida,
los amigos y las redes, mientras en el fondo sólo buscas huirle a la
soledad. Al final, trasnochada y algunas veces tomada, el vacío te
espera sobre la cama, extrañar se vuelve de todas las noches y
aprendes a llorar en silencio.
Pero sabes qué? esta etapa tampoco dura por siempre. El vacío te está
destruyendo así que buscas ayuda, te dedicas a tu trabajo, construyes
amistades de verdad que te apoyan, recuperas a tu familia y tu
autoestima crece.
El camino te va enseñando tips para enfrentar la soledad y la asumes,
eventualmente prefieres estar en casa a salir y empiezas a
responsabilizarte por tu futuro, tu vida y lo que quieres hacer con ella,
finalmente tomas decisiones conscientes sobre qué hacer, qué comprar,
a donde viajar, a donde te quieres mudar, a qué grupo quieres
pertenecer y te concentras en construirte como persona.
La soltería se convierte en una travesía para conocerte a ti misma.
Ahora sabes lo que quieres, ya no odias ni te resientes, tu amor propio
se encuentra en todo su esplendor y jamás te sientes sola.
Y es ahí cuando entiendes que la soltería no es igual a la soledad y que
el amor no se sufre, no es una necesidad, es una elección.
*post realizado para un concurso*
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