18 oct 2013

HOMENAJE A LOS ANGELITOS...

A veces la vida te da esos momentos para revivir algunas cosas que te tocaron tanto en su momento, tristemente hace poco recordé lo que es perder a alguien tan especial en tu vida como es un abuelo y más cuando este es el último que te queda.

Mis primas vivieron este proceso y lloré con ellas, lloré porque entendía perfectamente lo que estaban sintiendo, lloré porque uno no entiende porqué una persona tan hermosa de corazón se puede ir tan rápido, ni porqué se nos van esos alcahuetas que tanto nos quieren. 

Se entiende que se fueron porque terminó su ciclo, porque vivieron su vida con todas las de la ley, cumplieron su propósito y habían dejado su enseñanza en sus hijos, nietos, sobrinos, amigos/as, hermanos, etc.

Para nadie es un secreto que mi abuela paterna fue un gran personaje que marcó mi vida, así como para mis primas su abuela materna lo hizo. Pero ella no es mi única abuela, tuve 4 abuelos fuertes, echados para adelante, llenos de historias, de logros, de fé, de experiencias y consejos. A veces siento que los perdí muy rápido y que a los primeros que se me fueron no pude disfrutarlos tanto como disfruté los últimos. 

Me hubiera gustado que mi abuelo paterno (quien murió cuando tenía 10) me contara la historia de emprendimiento de su vida. De cómo pasó de no tener estudios a ser de los primeros bilingües del departamento, de ser carguero de aviones a Gerente de sede de Avianca, de ser un joven con sueños a un adulto con metas alcanzadas...

Extraño no haber aprendido cómo hacía mi abuela materna (quien murió a mis 14) para mantener una familia tan numerosa unida, para dar amor sin importar quien se lo pedía o en qué circunstancias, para ser fuerte cuando se debía y suave cuando la necesitaban, cómo mostraba el amor en esas sopas tan ricas que ninguna aprendió a hacer...

Escuché mil veces las historias de mi abuelo materno (murió a mis 15) quien tenía alzhaimer y vivió con nosotros. Cuando nos sentábamos juntos me contaba las mismas historias y siempre las escuché como si fuera una nueva aventura aunque ya supiera el final y lo alentaba a continuar, una persona muy dura en la vida que se ablandó con sus nietos, a quienes nos montaba en su Ford Maverick incluso para ir a comprar el periódico. Una persona ruda que levantó una familia de 7 hijos a los cuales les dio alimentación, estudios, universidad y una gran capacidad de trabajar duro por sus propios sueños...

Por último se fue mi abuela paterna, a mis 24... mi personaje. Me veo en ella cuando sea mayor: emprendedora, fuerte, recochera, sarcástica, burletera, etc., basta ver una foto de ella en su juventud y compararla con una mía para encontrar más similitudes. Viví con ella muchas cosas que por desentendida no viví ni comprendí de mis otros abuelos. Aproveché la oportunidad de disfrutarla en todos sus momentos y fue muy importante para mi "la negrita" que se le pegó en sus últimos años.

Ese día entendimos con mis primas que nuestros abuelos son ejemplos de vida, quienes con mucho menos que nosotros lograron tantas cosas. Que debemos aprender de ellos la capacidad de salir adelante por sus sueños, que también tuvieron tiempo para si mismos y para los demás. Fueron personas de familia y de comunidad.

Ahora nosotros, ¿qué vamos a hacer por el entorno? ¿qué vamos a aplicar de ellos? ¿qué vamos a traer a nuestra realidad? la verdad, con muy poco de las enseñanzas que estos angelitos nos dejan, lograríamos ser mejores personas y mejores habitantes. 

Bueno, ahí nos queda la tarea...

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