Y ESCRIBIÓ...

Hoy es un día normal, no es un cumpleaños, no es una meta y mucho menos una fecha especial. Hoy me siento ante el computador con el único fin de liberar la endorfina natural que trae para mi la escritura.

Aún recuerdo cuando en el colegio me mandaban notas en los cuadernos porque no sabía redactar y mi profesora de Español se preocupaba porque la pobre niña se inventaba pupitres voladores incoherentes con los que se iba a pasear...

Mi familia también se preocupaba, no entendían cómo un amante de las palabras como mi abuelo y un poeta como mi bisabuelo pudieran negarle los genes de manera tan directa a su bis-nietecita.

Hace 8 años esa pobre niña en un arranque de moda por las nuevas comunicaciones empezó a escribir este blog. Ella, la que no sabía redactar, encontró temas para comunicar, encontró lectores, construyó comunidades virtuales que se volvieron reales, conoció personas interesantes y sin saberlo o entenderlo muy bien, vivió su primera red social.

Hoy agradece a la vida haber llegado aquí, descubrir la pasión que siente cuando escribe, la liberación que tiene al plasmar las letras tal cual como van llegando y la decisión de haber empezado una historia que a través del tiempo mejoró su capacidad de escribir. Agradece no haberse creído el cuento de que no sabía escribir y haberlo intentado.

Hoy, después de 217 post de locuras, vida, reflexiones, protestas, tristezas y amor, después de la popularización de Facebook y Twitter, después de que muchos de sus amigos abandonaran estos espacios de "reunión", sigue por aquí, dando lora "sola". Hasta que llega por ahí un comentario de alguien de la vieja guardia, una de las tantas personas que conoció virtualmente, que le recuerda que todos siguen por aquí, con menor intensidad, pero como ella, siempre liberando la buena endorfina natural de la escritura.