Tiempos aquellos, de inspiraciones locas, de gustos raros, de amores infantiles.
Tiempos de cartitas especiales llenas de colores, de llamadas nerviosas en las que pocas veces se hablaba, momentos en los que el anonimato era básico porque la pena era más grande. Converzaciones en clave y quejas en silencio.
Recuerdos de notas en la maleta y cartas en el locker, la inspiración nunca faltaba y mucho menos los lápices de color, los marcadores y los lapiceros brillantes.
Tiempos en los que el gusto era amor y los celos eran secretos... y aunque nada pasó, queda en el aire un tiempo de alguien, de mente y pensamiento... Acciones, cositas y notas que se robaron mi espacio alguna vez...
Hoy recuerdo vagamente aquellas cosas, algo del saborsito amargo del encuentro que nunca se dió, partes del código sagrado del 1, 2 y 3, la infaltable tribuna de aquel campeonato, la pequeña nota y la tiza...
Al final, el tiempo, las situaciones y la inspiración cambia, ojalá nunca cambie la complicidad y las tintas y colores de las notas...
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