Días como hoy, noches como estas, bajo las mismas y tan raras condiciones, con los mismos anhelos, con los mismos sueños, con los mismos pensamientos, pero con conclusiones y estados completamente diferentes...
Por mucho tiempo los esperé, los imaginé, hasta los planeé...
El corazón latía rápidamente a la espera, en la búsqueda de lo necesario para que se igualaran a los otros, pero no, poco a poco se fueron perdiendo las esperanzas, una a una fueron cayendo las posibilidades y con cada una de ellas el corazón empezó a latir más y más lento hasta casi pararse, el tiempo se hizo largo, pesado, cansón, aburridor e incluso perezoso...
No se logró lo esperado ni lo imaginado, el vacio se sintió más grande con cada posibilidad inútil hasta convertirse en una causa perdida...
Es más tranquilo cuando uno no planea, cuando no espera, cuando no imagina, no pega tan duro la desazón y es más, muchas veces no hay desazón porque la mente no se retuerce ni se aburre ante el cambio entre lo que se quizo (o mas bien se deseó) que fuera y lo que no pudo ser.
Att: Mi mente que nunca para y yo...
1 comentario:
Leer esto parece un deja vu de mi mente...
Me rei con lo de leche :). Era muy pequeño cuando la emitian.. pero si me acuerdo
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