ESPIRITUALIDAD

Cambiar, transmutar, vibrar, atraer, inspirar... las nuevas palabras en mi léxico habitual...

Me siento cómoda con ellas, siento que hace mucho y muy en el fondo de mi ya existían, añoraban salir, añoraban reencontrarse con mi consciente y hacerme consciente.

No es fácil, no lo ha sido, se requiere más de un terremoto para lograr abrir la tierra y empezar a rescatar esas cosas que parecían completamente perdidas. Pero aquí estamos, aprovechando estos cambios, aprendiendo a conocerme de nuevo, retomando lo que aprendí de manera innata, recuperando el carisma de la niñez.

Aprendiéndole a decir adiós a muchas etapas de mi vida. Cada vez soy más yo, cada vez digo menos las palabras tan perturbadoras de "yo era así, que pasó conmigo?". Cada vez me conozco más.

Este proceso me lleva a volar, me enseña que las piedras que trae el camino no son para molestarme, son pruebas que afianzan la realidad de lo que soy, y con cada prueba superada reaprendo lo que ya sé hacer.

Es una experiencia increíble, cuando leo, escucho, me siento, entiendo que todo pasa por una razón, entiendo que todo es y será fácil, que no tengo porqué preocuparme, y ahora mientras escribo estas palabras siento que mis pulmones fueran el doble de grande y se llenaran de paz y amor, regalos divinos del universo.

Y no pareciera justo que solo en el fondo del pozo se puedan ver las más brillantes estrellas, pero así es, solo el fondo te obliga a conocerte, a realizarte y a aprender a vivir. Por eso aunque veas mil piedras en el camino, ten la confianza que solo los valientes superaremos estas pruebas en lugar de quejarnos de ellas. 

Aprender la dura y cierta lección de que el culpable de lo que nos sucede nunca estará por fuera de nuestra propia mente.