Y quise escribir acerca de la prevención, del estado de vulnerabilidad de cada quien, del dilema de hacer lo que se quiere o de querer lo que se hace, y cada vez estoy más perdida.
El ruido de la oficina, la rutina y los percances del diario me alejan de la inspiración.
Ésta sigue siendo una endorfina natural, el hecho de plantear en unas cuantas letras lo que ves, lo que vives y lo que analizas, o sencillamente contar una historia de aquí o de allá...
En algún mundo paralelo me dediqué a escribir, vivo en un pequeño apartaestudio llena de ideas y de notas adhesivas, tengo una vida de fantasía a través de las letras y tal vez algún libro en borrador.
Pero no, ahora mi historia se teje entre una gran cantidad de quehaceres y los pequeños momentos en que la inspiración y el tiempo se confabulan para dedicarme estas pequeñas notas...
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