CHARLAS CON PAPÁ

Una de estas noches como algunas veces, fue noche de charla con papá... No son casos excepcionales ya que generalmente hablamos bastante, pero bueno no había mucho que ver en tele y los tres (mi hno, mi papá y yo) estabamos sentados en la sala sin afanes y sin cosas que hacer...
Esta vez hablábamos de viejas épocas laborales de mi papá, cuando el hacía lo que más le apasionaba dedicándole todo tiempo y esfuerzo: su adorada Arquitectura. Los negocios faltos de experiencia y de la tan conocida malicia indigena que uno sólo adquiere pasando por las duras y las maduras.

Contaba mi padre que en esos tiempos el era un Arquitecto bastante reconocido, había trabajado en muchas obras importantes y tenía muy buenas propuestas para licitaciones, que por su dedicación y distribución de los espacios ganaba. Hasta ese día en que ganó la licitación para hacer aquella estación de policía.
En esos días él tenía muy buenos aliados, contaba con buen personal y buenos contactos, así que los trabajos los realizaba sin afanes, bien cronogramados y siempre con apoyo monetario extra para no retrasar entregas, así que trabajaba sabroso con un buen maestro de obra y amigo y una buena cantidad de obreros bien dirigidos.

Mientras trabajaba en su licitación con bastante trabajo adelantado lo citó desde el municipio la persona con quien el debía tratar esa licitación, por supuesto él muy atento fue a la cita acordada y al llegar lo sentó el Sr y le empezó a preguntar:

Sr: Usted es el arquitecto que ganó la licitación del Jordán?
Mi papá: Si, soy el Arq. ......
Sr: ahhh ya, y cómo va la obra?
Mi papá: Muy bien, ahi vamos entre los plazos establecidos.
Sr: Y en presupuesto como va?
Mi papá: Ejecutándolo bien.
Sr: Ahh ya, bueno como usted sabe en este momento estamos en campaña, y ya que usted se encuentra trabajando con nosotros, estamos solicitando a nuestros contratistas algo de colaboración para posicionar a nuestro candidato.
Mi papá: Uhm, yo no tenía eso contemplado en el presupuesto, con mucho gusto le doy $.....
Sr: Eso no nos sirve, nosotros estamos solicitando el 10% del contrato.
Mi papá: Lo siento, no puedo darle esa cantidad porque se me descuadra completamente el presupuesto.
Sr: Está bien, que le vaya bien.

Obviamente no le fue bien, a raíz de eso se la montaron completamente y como era de esperar le metieron la mano a la obra, así que le cambiaron el interventor por un H....P... como tal dijo mi papá, que con sus exigencias y sus pendejadas aburrió al maestro de obra y a la mitad de los obreros quienes se fueron. Las equivocaciones y nuevas exigencias absurdas de parte del municipio hicieron que mi papá tuviera que terminar ese proyecto con las uñas prácticamente, teniendo que sufrir aquí y allá para conseguirse recursos y por si fuera poco al final le retrasaron el pago.

Mi hermano y yo lo primero que le dijimos fue, "porque no aceptaste y te los quitabas de encima?", a lo que mi papá respondió muy sinceramente "yo era un arquitecto romántico y sin mucha experiencia en la politica (politiquería mas bien digo yo) así que para mi eso no era correcto y era injusto, pero lastimosamente así son las cosas, uno va aprendiendo".

Eso es tenaz, el mundo de la política y los negocios es una gran trampa para inocentes, soñadores e inexpertos. Mi papá con esa se sacrificó casi que profesionalmente, porque a pesar de que siguió trabajando con sus buenos contactos en el sector "privado", el sector "público" es el que tiene más presupuesto para invertir en obras y él ya se había ido ganando su reputación con ellos. Desde esa vez mi papá nunca volvió a ganar una licitación con el municipio, por esas cosas malditas de la politiquería.

En eso le dijimos a mi papá que porque nunca nos contó esa historia, esas historias son las que los padres le cuentan a los hijos para que vean las cosas de otro modo y dejen a un lado la inocencia y la visión de un ambiente de negocios justo para desarrollarse profesionalmente (ideas con las que uno sale de su capullito hogareño y universitario) y de esa manera tal vez hubieramos evitado errores inexpertos como los que desgraciadamente (pero saliendo adelante) cometimos con mi hermano en esa ocasión. Que vainas...

Por ende. con mi hermano pactamos que nuestros hijos (la descendencia familiar) conocerían estas historias, las nuestras y las de sus abuelos. Así el día que me digan "Mamá quiero ser un gran empresario como tú" yo responderé "no es tán fácil pero te apoyo". Me dirá "pero porque mamá, si tus empresas estan re bien", así que muy cariñosa lo sentaré y le diré "te contaré la historia de nuestro primer contrato empresarial, mi segunda universidad a la que le doy las gracias, pero apréndela para no cometer los mismos errores. Y luego pregúntale a tu abuelito la historia que alguna vez en una buena noche nos contaba a tu tío y a mi para que aprendiéramos también".